Como teníamos anunciado. Amanece lloviendo. Luvia intensa muy finita, esa que te cala hasta los huesos. Montamos alforjas y desayunamos en el obrador de la esquina. Café y bollería. 

   Mal día para la bici. Perico me mira y le digo que son esos días de apretar los dientes y tirar para delante. Esto es aventura y el espíriito bicigrino se impone. Rodamos por La Rambla en  busca de la costa.

   Enlazamos con la playa de Mar Bella para coger paseo marítimo del Litoral. Bordeamos los auditorios y cruzamos el Besos. Dejamos atrás las Centrales de Ciclo Combinado y llegamos a Sant Adriá del Bessos km 7. Seguimos por el puerto industrial, Dejamos a nuestra derecha "Las tres Chimeneas" de la Central Térmica de Fecsa-Endesa. Operativa entre 1973-2011. En 2008, conociendo su inminente final, el ayuntamiento de Sant Adriá consulta a los vecinos y decide conservar las chimeneas  y en 2015 declaran a éstas piezas como Bien Cultural de interés Local.

   Por la playa del Grog llegamos a Badalona km 10.

    La lluvia es más intensa. Rodamos junto al Puerto deportivo de Badalona. Pocos paseantes nos encontramos en ésta mañana desapacible del primer lunes de octubre. Seguimos por el paseo marítimo de la playa del Puente de Petróleo.

 Nos encontramos con la fábrica de Anís El Mono. La única que sigue de las 28 fábricas de anís que había en la zona. Curiosidad del nombre motivado por un monito proveniente de América como regalo de negocios. El diseño de la botella viene del envase de un perfume parisino que el dueño regaló a su mujer. Ese corte diamantado se convirtió en todo un icono y durante más de un siglo, instrumento musical más inesperado al rascar la botella en las tradicionales fiestas navideñas.

   Arrecia la lluvia. Seguimos por el paseo marítimo de la playa de Badalona.  Pasamos junto al club de remo en la playa de La Estación. Rodamos solos no hace día de paseos.

   El paseo se estrecha. Apenas unos metro de la vía del tren y de la playa. 

      El tren que une Barcelona con Blanes nos pasa cerca. Me comenta Perico que podíamos cogerlo y evitarnos el mal día de agua. Sé que me lo comenta en broma. El espíritu bicigrino nos empuja en ésta aventura. Sabíamos a lo que veníamos y hoy toca sufrir y apretar los dientes. Cuando escribo ésta crónica descubro que pasaban cada 30 minutos y con un coste de 12 €. Pero no sería lo mismo.

   Nos encontramos donde el paseo marítimo ha sido devorado por la fuerza del mar. Una realidad palpable que la Costa Catalana está siendo erosionada. Un informe de las autoridades  confirman que el mar araña casi 10 metros de costa cada año. 

   La escuela de vela del Mongat por donde estamos pasando informa que desde que empezó su negocio hace 15 años ha visto desaparecer la mitad de la playa.

   Cruzamos la vía del tren en varias ocasiones aprovechando los cauces de las ramblas. A la altura de la zona comercial de Sta. Margerida no tenemos más remedio que salir a la N-II un tramo de apenas dos kilómetros, pero muy peligroso por el tráfico pesado.

   Volvemos a costa a la altura del Puerto de Mataró. 

   Bromeo con Perico pues observo que cada vez que pasamos un charco saca las calas y sube los pies.... 

   Hoy queremos hacer la etapa del tirón. No queremos parar a comer. Por las previsiones del tiempo nos quedan tres horas de lluvia fuerte y queremos llegar lo antes posible a Blanes. 

     A la altura de la playa de Sant Simó no hay más remedio que volver a coger la N-II, ya no la abandonaríamos hasta Calella.

  Bordeamos toda la playa Gran de Cállela y por el paseo marítimo enlazamos con Pineda de Mar.

   Bordeamos por camino costero los campings de la playas Dels Pins. En la Punta de la Tordera no podemos seguir por la desembocadura del rio Tordera y volvemos un kilómetro atrás para girar a interior y cruzar el puente por la carretera.

   Cruzamos el Tordera y ya estamos en Blanes. Más de cinco horas en cubrir la tercera etapa. Día duro pero que se olvida pronto al celebrar con un gran grito el paso por el cartel a la entrada de la ciudad.

   Giramos a costa en busca de la playa de Sabanell. 

   Recorremos todo el paseo marítimo de la playa de Blanes. Aquí comienza la Costa Brava. Abandonamos esas grandes playas de la Costa Catalana y nos adentramos en una costa más abrupta y rocosa.

   Giramos a interior por la Rambla de Joaquim Ruyra. Acabamos en fuerte subida en busca del Hostal Los Maños, que está en la parte alta de la ciudad.

   Pasadas las dos de la tarde cuando llegamos calados hasta los huesos. Desmontamos alforjas y nos guardan las bicis en el almacén junto a la cocina. Una ducha rápida y bajamos a comer. Comida casera y nos tiramos al plato caliente del día. Unas lentejas con chorizo que nos saben a gloria. De segundo unas carrilleras que rebañamos con el pan. Dejamos el plato más limpio. Ni el fairy deja así el plato. Como no podía ser de otra manera como fin de fiesta una crema catalana. Subimos a la habitación. Damos señales de vida a la familia y amigos. Una siestecita y hacemos tiempo. 

   A media tarde buscamos la lavandería que nos habían indicado en el hostal. No hay más remedio que hacer colada y lavar ropa ... Y sobre todo secarla.

    Media hora para el lavado y otra media para el secado. 

    Ya es noche cerrada cuando subimos al hostal. Como teníamos las zapatillas totalmente mojadas nos  paramos en Consum y compramos unas servilletas. Harían su papel pues a la mañana siguiente tendríamos las zapatillas medianamente secas, tras varios cambios. Nos sobraron servilletas para toda la semana e incluso un buen paquete se vino para casa.

   Cenamos en el hostal unos bocadillos calentitos. Un ratillo de charla y un poco de tele y temprano ya estamos roncando. Ha sido un día duro y hay que descansar lo máximo posible. Mañana nos espera un día duro, pero el tiempo mejora.