Última etapa. Nos despertamos con buen ánimo. Hace un día espléndido pero bien fresquito a ésta temprana hora de la mañana. Bajamos a desayunar al paseo marítimo. Sin prisas salimos con dirección playa del Ros y la Punta D´en Pere Fect .

   Nos cruzamos con un amplio grupo de senderistas que nos volveríamos a encontrar por esos caminos de ronda ya metidos en el parque natural del Cap de Creus.

   Intentamos seguir el primer camí de ronda en la playa Confitera. Muy bonita pero las continuas piedras que nos obligan a empujar la bici nos devuelven a la cruda realidad de salir a la pista unos metros más arriba.

    Bordeamos la cala de Portlligat y pasamos junto a la casa museo de Salvador Dalí. Aquí vivió más de treinta años y pinto gran parte de sus obras.

   Nos metemos de lleno en pleno parque natural del Cap de Creus. Ascendemos por una pista asfaltada en constante subida. 

   Cogemos el Gr a la altura de Pineda de Guillola pero el fuerte desnivel y las vistas de lo abrupto  del terreno pues la bajada es  muy vertical a la Punta d´en Cordera nos hacen dar media vuelta y volver a subir a la pista. Un griterío me despierta de la monótona subida. Nos pasa el tren turístico lleno de niños que nos dan ánimos. Les saludamos y seguimos camino.

   Miramos atrás y contemplamos ese especial perfil de costa erosionado por la fuerza de las olas  y ese viento incansable de tramontana. Contraste de un azul intenso con la roca oscura de esos abruptos acantilados.

   Una paradita en Prat d´en Pages. Los carteles nos informan que el Parque natural del Cap de Creus  es el primer parque marítimo terrestre del país, creado 1998. Con una protección de 11.000 hectáreas terrestres y unas 3.000 de entorno marino.

   Ya tenemos el faro a la vista. Una ligera bajada y afrontamos ese fuerte repecho que nos lleva al Faro de Creus.

   Circulamos por la Loma de Endurades de Dalt. A nuestra izquierda Cala Culip y Camarellis. A nuestra derecha Cala Jugadora. 

   Entre fuertes resoplidos coronamos el faro. Momento muy esperado. Orgulloso de poder completar los cuatro puntos más meridionales de la Península Ibérica. Los otros tres ya se completaron en antiguas alcantarinas.

   Las fotos de rigor y un ratillo de charla con un grupo de moteros a los que indicamos el tramo asfaltado de vuelta a Cadaqués.

   Cuando coronamos de nuevo Sa Rovellada paramos y consultamos el track original. El sendero está vallado y se observa en mal estado. Es un Gr que nos llevaría por la cuerda central del parque, se asoma a Cala Tavellera y bordea por interior el Puig del Moro y Els Llaures para acabar en cala Tamariua junto a Port La Selva.

   Finalmente decidimos volver por carretera a Cadaqués. Tenemos que coger el tren de vuelta en Port Bou a Barcelona y nos da miedo meternos por esos Gr imposibles y arrastrar la bici decenas de kilómetros.

   Llevamos dos día contemplando siempre a lo alto la cúpula de la base militar. Bordeamos de nuevo Cadaqués y afrontamos los cinco kilómetros de constante subida al Coll de la Perafita. 

   Rápida bajada a El Port de la Selva, donde volvemos a línea de costa. Una parada a comprar agua y algo de fruta.

   Le comento a Perico que ya casi lo tenemos. Lo más duro ya lo hemos pasado. Apenas treinta kilómetros nos separan de completar lo que algunos me dicen "auténtica locura". Bendita locura les digo yo. 

   Seguimos un Gr costero hasta la Perabeua. Volvemos a carretera para salvar por interior el Faro de Sarnella. La carretera va por encima del Gr92, nos separan apenas cien metros. Contemplamos como serpentea por la sinuosa línea de costa. Se suceden las puntas de Arenella, Podaire y d´en Feliu como su las hubieran realizado a dentelladas.

   Pasamos por la playa del Garvet. Apenas 50 metros las vías del tren, por las que volveríamos un par de horas después. Pero en esta ocasión cómodamente sentados en el tren con destino Barcelona.

   Iniciamos el último puerto de la etapa y de la XV Alcantarina. Apenas cinco kilómetros que debido a la emoción de que lo tenemos tan cerca se me hacen muy duros. Perico se adelanta como es habitual. Yo voy ensimismado en mis pensamientos, recordando todos esas anécdotas de estos días.

   Coronamos el Coll del Fraro y tenemos Portbou a nuestros pies. parada obligada. Mirada cómplice con Perico. Iniciamos y corto y rápido descenso.

   A la entrada paramos en el cartel. Foto de rigor. Le abrazo a Perico y le agradezco su compañía en ésta aventura. Completar lo que un día,  soñé frente a un ordenador, te crea una emoción muy especial.

   He tardado siete años, más un año de parada obligada por ésta maldita pandemia, en completar todo el perímetro de la Península Ibérica. Años de aventuras bicigrinas, siempre acompañado mis brothers bicigrinos. 

   El track inicial nos llevaría a pasar Portbou y llegar a la frontera. Seguimos visualmente la carretera y aunque son apenas cuatro kilómetros, el perfil se nos antoja muy exigente. Vamos muy cansados y sin decir palabra decidimos dar por concluida La XV Alcantarina y el Desafío al Mare Nostrum.

   Bajamos a la playa de Portbou. A nuestra espalda se levanta la estación de Renfe. La última estación justo antes de la frontera con Francia.

  Subimos por las empinadas calles hasta llegar a la estación.  la entrada la hacemos por un ascensor que nos lleva a la planta primera donde se encuentran las taquillas. Perico me espera abajo y subo a la compra de billetes. No hay taquillas abiertas y éstos días los maquinistas de Renfe tiene convocada huelga. No podemos jugárnosla e intento sacar billetes para el primer tren que nos llevara a Barcelona. 

   La cosa se complicada ya que la máquina expendedora de billetes solo está en catalán. No me atienden al botón de ayuda y tengo que bajar a consultar con Perico.

   El tema se complica aún más cuando no me admite ninguna de mis dos tarjetas del banco. Vuelvo a bajar y pedir a Perico que suba y use su tarjeta. Al ver las dificultades que he tenido yo. Me da su tarjeta y pin y me invita a subir y que haga yo la compra. Por fin puedo sacar los dos billetes para el tren de las 17:35 

   Bajamos al pueblo y buscamos algún local para comer. Lo encontramos en una pequeña plaza. Unas Alhambras fresquitas  y unas raciones como entrada para celebrarlo. Le pedimos medio menú , pues es contundente. Un buen plato de menestra con garbanzo, plato típico de la zona, según nos comentaría la camarera. Unos cafés y en agradable charla hacemos tiempo para subir a coger el tren.

   Ocho días por Cataluña. Nos han tratado de una forma correcta. Siempre nos han respondido en español. Me ha sorprendido las señales de independentismo se han reducido en éste año de paréntesis de la Alcantarina. Se limitaban a alguna que otra bandera en balcones y pintadas aisladas. La única nota negativa fue a la hora de pagar la comida. Comparando nuestra factura con la de la mesa de al lado, fue que a nosotros las cervezas nos las cobraron 50 céntimos más caras que a los dos albañiles de la zona. Por su puesto, decidimos retirar la propina a la camarera que hasta ese momento se había comportado muy amable con nosotros.

   Subimos con tiempo a la estación esperando que nuestro tren no se haya afectado por la huelga. Ya está en la vía y tras preguntar si ese era el nuestro. Subimos y dejamos bien amarradas nuestras bicis en su espacio asignado.

   El tren sale a su hora. Pocos viajeros desde Portbou, pero a medida que van pasando estaciones se va llenando. Me agrada comprobar que los pasajeros llevan su mascarilla. Un par de despistados que tras aviso al revisor le obliga a colocársela correctamente.

   Hacemos recorrido inverso al que hemos realizado con la bici. A la altura de Llança giramos a interior. Se suceden las paradas, vamos paralelos a la N-260. Parada en Figueras y Girona donde suben un buen número de pasajeros. Sube un biker con su bici y la atamos un pulpo junto a las nuestras para evitar que se caiga y dé a algún pasajero.

   Llegamos a Barcelona Sants cerca de las siete de la tarde. 

   Como vamos bien de tiempo buscamos la oficina de Europcar  dentro de la estación de Sants. Así mañana vamos directos a recoger el coche de alquiler y evitar dar vueltas en vano.

   Mucha ambiente en la estación y alrededores. Se nota que es viernes y mucho turista en Barcelona.

      El hostal Sans lo tenemos apenas a un kilómetro. Atravesamos la concurrida plaza de Joan Peiró y seguimos por el carril bici del paseo de Sant Antoni. 

   Sin problema en localizar el hostal. Hacemos cheking rápido y dejamos las bicis en el almacén. Subimos a la habitación y nos damos cuenta que el baño es compartido y solo hay un lavabo en la habitación. Nos duchamos por turnos. Agradecer la limpieza de los baños y duchas. Es tipo Hostel B&B con habitaciones sin literas comunes. Toca descansar. Ha sido un día completo con la etapa de bici y el enlace por tren. Ya es casi de noche cuando decidimos dar un paseo sin rumbo fijo. Muchísima gente por toda la zona. Es un finde largo con puente del día 12.

   Por críticas del Tripavisor le comento a Perico ir a cenar al restaurante Ocho Patas. El gallego de antes con un toque de ahora, como a ellos les gusta pronunciarse.

   Unos tercios mientras nos decidimos. Como habíamos comido tarde en Portbou y esos garbanzos tardaron en hacer la digestión, evitamos entrantes. Perico se decide por una hamburguesa de vaca gallega con queso manchego, mahonesa, kimchee y cebolla caramelizada.

   Yo me acuerdo de mi amigo Antonio "Ralbi". Y para darle envidia sana me inclino por un pulpo al gratén de queso san simón, sobrasada, cachelos y maho ponzu. 

   Estamos enfrente de la cocina y vemos el espléndido trabajo del cocinero. Como se maneja en la cocción del pulpo. Se ve que es buen producto. El sabor de mi pulpo braseado es espectacular y cambio de la tradicional receta del pulpa a feira. Perico me comenta que la hamburguesa está muy buena. Evitamos el postre y café y retornamos camino al hostel . Una parada para un digestivo helado y comprar agua mineral. 

   Ha sido un día muy largo y estamos muy cansados. En ésta ocasión y como final de Alcantarina no hay cubatas y nos retiramos pronto a dormir. Mañana hay que madrugar y nos espera un largo viaje a casa.