Viernes 12 de octubre

 

   Mala noche. Entre el aire acondicionado y el cansancio acumulado he dormido muy poco. Me levanto con dolor de cabeza y la garganta totalmente irritada.

   Bajamos a desayunar. Cargamos la furgo y bien temprano salimos para Madrid. Conduce Perico. Yo me siento en la fila de atrás.  Intento dormirme sin resultado. Agradable charla recordando momentos de los días pasados de aventura por el Mediterráneo.

   Parada a medio camino para aliviar la vejiga y estirar las piernas. Nos presentamos en Getafe pronto. Descargamos las bicis y nos despedidmos de Jule. El es el que va a entregar la furgo en Atocha pues le pilla al lado de casa.

   Comemos y esperamos a Ana la mujer de Perico. Pasadas las 6 de la tarde estamos en Arenas. Descargamos a mi negra, que bien se ha portado. 

   Me despido emplazándolos a mañana sábado en la romería. Intención de hacerla a pie.

   Paso mala noche síntomas de fuerte trancazo con décimas de fiebre. Lo que me impide hacer la romería. Decido recuperarme el sábado en casa y no faltar el domingo con los bicigrinos.   


Domingo 13 de octubre

 

   Me encuentro mejor. María y Aitana que hacen la romería a pie salen más temprano de casa. Yo desayuno tranquilo. Jule deja su coche en mi casa y juntos vamos a la estación de bus.

   Saludo a mis buenos amigos romeros que me acompañan un año más. Muchos éste año, que sumados a los que se han ido montados a Oropesa y nos esperan sobrepasamos los 60 bicigrinos.

   Cuando llego ya han metido muchas bicis en el furgón. Error !! ... No han quitado la rueda delantera. Por lo que se reduce el espacio y caben menos bicis.

 

   Metemos casi todas en el bus. Pero algunas, no hay más remedio tienen que ir en la vaca del furgón.

   Salimos algo tarde. Esperamos a Alberto. Que se incorpora a la última etapa. No ha podido ir a la aventura por motivos de trabajo. espero que el año que viene, donde rematamos la "Piel de Toro" nos pueda acompañar.

   Llegamos pasadas las 11 a Oropesa. No hay tiempo que perder. Bajamos y montamos las bicis.

 

 

 

 

 

   Con buen ánimo y como el tiempo acompaña. Ruta monumental por Oropesa para buscar el Parador y bajar a la vía del tren. 

 

 

 

 

 

   Como siempre voy el último. Este año van más niños y hay que extremar precaución en la primera y rota bajada.

   Este año nos acompaña con el coche, Mario Plasencia "Centro BTT Bajo Tiétar". Siempre dispuesto a colaborar. Me tranquiliza que ante cualquier percance, como así sucedería más tarde, pueda echar mano de su inestimable ayuda.

   Cruzamos la autoivía A5 y llegamos a Torralba. Cogemos el camino, hoy asfaltado de Torralba a Parrillas y del Horcajo.

   Entre bromas pasamos los primeros kilómetros.

 

   Primera caída. Nada grave, en principio. Avisamos a Mario. Limpiamos heridas. pero se queja de un fuerte golpe en las costillas. Le tranquilizo, parece que no hay fracturas. Entre dolores sigue camino con el grupo.

 

   

   Cogemos el desvío que nos lleva al Deheson del Encinar. Primer avituallamiento. Hace un gran día de bici. Ni calor, ni frío. Amaneció nublado pero poco a poco se van abriendo claros.

   Rápida bajada hasta el Pozo de la Carretilla, donde giramos para coger la Cañada Real que va paralela al embalse.

   El accidentado sigue con dolores. No es posible llevar la bici en la furgo de Mario. Metemos la bici de Jule y éste coge la eléctrica para llevarla hasta Parrillas. Las típicas bromas con Jule y que va dopado tecnológico.

   En el reculaje cruzamos el Guadyerbas por el puente. Seguimos por la Cañada Reak hasta el cruce y seguir por el antiguo Camino de Parrillas.

 

 

 

      De los llanos de Magulluza pasamos a los repechos de Los Rollones que nos llevan a Parrillas.

 

 

    El accidentado sigue con dolores, por lo que lo recoge Mario y lo lleva a Ramacastañas. 

   

    Segundo avituallamiento en Parrillas. Unas cervezas y pinchitos. Buen humor y a seguir que vamos algo justos de tiempo.

 

 

 

   El grupo ya conoce la salida y el empedrado. Les damos margen.

 

   Atravesamos Parrillas para coger el exigente y divertido empedrado del Conchero.

   La subida al Ayuso nos la tomamos con mucha calma. Vamos recogiendo rezagados. Los niños están dando la talla y les animamos comentando que es la última cuesta antes de llegar a Ramacastañas. 

 

 

 

   Como ha cambiado el día. Amaneció totalmente nublado y ahora un día ideal para nuestra romería.

 

   Celebramos el tramo final coronando las Cuerdas del Rincón.

 

 

   Bajando al Tiétar, Jule me da un buen susto Intentando salvar una reguera se me va al suelo.

 

Afortunadamente nada grave. Me río con él tras el susto. El año pasado me caí yo por esa zona. Le comento que esta nueva parcela es con vistas a la sierra. La anterior era en primera línea de playa.

   Recogemos al grupo de padres y niños que estaban algo perdidos por la finca del Ayuso. Retrocedemos hacia el camino de La Parreña y salimos a la urbanización del Tiétar. Nos espera Mario con algo fresquito y por la Cañada ponemos rumbo a Ramacastañas.

   Este año el caudal del río es muy bajo y como es costumbre bicigrina,  pasmos por el cauce.

 

   Alguno se moja las zapatillas .. jeje

   

Este año llegamos muy tarde a comer. Prácticamente ya tienen todo recogido. Les sacamos unos platos de revolconas y unos vasos de limonada.

   Alberto viene con la tija floja y decidimos tomar el café y copa en Arenas y subirnos por la carretera. Como siempre me descuelgo en la subida, Perico ya me conoce y me deja esos momentos solitarios que vaya recordando todo lo acontecido en la semana de aventura bicigrina.   

   Mucha gente esperando el paso de romeros. Saludo a varios amigos que se interesan por la aventura. Perico me acerca las botellas de sidra que habíamos comprado y las teníamos a enfriar en su casa. Costumbre bicigrina, celebrar al final de la romería con los amigos, que con la ayuda del santo hemos completado un año más nuestra aventura.

  Ocupamos nuestro sitio. detrás de los romeros de a pie y por delante de los caballos. 

 

   Comentamos que cada año va disminuyendo el número de jinetes, una treintena éste año. Y aumenta el número de romeros en bici. Da gusto ver a los más pequeños junto a los bicigrinos llegando al Santuario.

 

 

 

   Contínuas paradas ya que el ritmo es muy lento.

Me permiten hacer unos selfis y alguna que otra grabación para el disfrute de los pequeños.

   Ya se oyen las campanas. Como siempre y por el buen tiempo mucha gente nos recibe entre aplausos a la llegada del Santuario. Veo a mi compañero de trabajo José Luís con la cámara. Un año más no falta a la cita. Gracias a él podemos tener éstas bellas imágenes del final de la aventura. 

   Nos vamos al final de la carpa. Nuestro sitio habitual. Me fundo en un emotivo abrazo con Jule. Sé del esfuerzo e incertidumbre física que tenía al comenzar la aventura. Sabía que la completaría a mi lado. El abrazo con Perico casi me hace llorar de la emoción. Hemos pasado momentos duros pero al final todo se arregla.  Otro abrazo a Alberto agradeciéndole su compañía y hacer la promesa que en el 2020 puede completar "La Piel de Toro" a mi lado.

 

   Agradezco un año más las palabras del padre Carlos, custodio del Santuario. Así como el aplauso de los romeros al informar a los presentes de nuestra aventura por el Mediterráneo.

 

 

 

   Descorchamos las sidras y brindamos por que el año próximo volvamos a reunirnos en la romería. Salud para todos.

 

   Nos viene a saludar el padre Carlos. Le agradezco sus palabras y le invitamos a unos vasos de sidra.

Agradable charla donde le contamos nuestras aventuras  y futuros desafíos.

 

   

   Saludo a Tito "becerra". Me alegro que siga mejorando. Recordamos mi primera alcantarina, hace ya algunos años. Yo teneía más pelo y apenas canas. Cuando apenas 7 romeros y un ilusionado bicigrino partíamos desde Oropesa con destino al santuario.

 

   Voy a ver al santo. Es hora de agradecerle su protección en el camino. Muchos kilómetros y apenas percances reseñables. Le dejo, como siempre, en el bando izquierdo mi pañuelo de romero. Me acuerdo de los ausentes y pido por la mejoría de los que están recuperando de alguna enfermedad.

   A la salida me encuentro con el padre Julio. Nos abrazamos y celebro su mejoría. Breve charla y me reúno con la familia y amigos.

   Es hora de despedidas.

   Un año más y se va cumpliendo un sueño. 


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